miércoles, 14 de mayo de 2008

Arquitectura de élite

Ollantaytambo

Ollantaytambo o Ullantaytanpu es otra obra monumental de la arquitectura incaica. Es la única ciudad del incanato en el Perú aún habitada. En sus palacios viven los descendientes de las casas nobles cusqueñas. Los patios mantienen su arquitectura original. Esta ciudad constituyó un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola. El ingreso se hace por la puerta llamada Punku-punku. Ollantaytambo está ubicado en el distrito del mismo nombre, provincia de Urubamba, aproximadamente a 60 km al noroeste de la ciudad del Cusco y tiene una altura de 2.792 metros sobre el nivel del mar.


Písac

Pìsac (también Pisaq) está ubicado a 33 kilómetros de la ciudad del Cusco. Su sitio arqueológico es uno de los más importantes del valle sagrado de los incas. La arquitectura de Písac es mestiza, construida sobre restos indígenas por el virrey

Machu Picchu


La ciudadela de Machu Picchu ha sido por mucho tiempo uno de los más inquietantes enigmas de nuestro pasado. Se ubica a algunos cientos de metros sobre la margen izquierda del río Vilcanota o Urubamba, a 2300 metros sobre el nivel del mar. El primer aspecto que llama la atención es su ubicación, en la cima de un cerro cubierto de vegetación y de difícil acceso. Este aislamiento hizo posible que el sitio se mantuviera intacto por cientos de años, desde su abandono hasta que H. Bingham lo descubrió en 1911. Al principio se pensó que podría tratarse de Pacaritambo, el lugar de origen de los incas. Luego creyó que era Vilcabamba, refugio de los descendientes de los gobernantes incas. El hecho es que, hasta entonces, no se tenía noticia de la existencia de este sitio ni siquiera a través de las crónicas.

Para su estudio fue dividido en diferentes sectores, dependiendo de las características, poco o muy elaboradas, de la arquitectura. Estos podían ser el sector urbano, el agrícola, el religioso, etc. El sector agrícola corresponde a un conjunto de terrazas o andenes perfectamente adaptados a las abruptas laderas del cerro, y que se complementaban con canales. Existe un ingreso principal resguardado por puestos de vigilancia, así como una muralla que separa el sector agrícola del urbano. Al centro del sitio se ubica una plaza principal con una roca alargada parada al medio.

En el sector religioso destacan el Templo de las Tres Ventanas y el Intihuatana, o reloj solar, bloque de piedra con funciones astronómicas ubicado sobre una pirámide trunca. Hacia el lado este, en la parte inferior de las terrazas, hay un cementerio. Las excavaciones realizadas han sacado a la luz una serie de entierros, de los cuales la gran mayoría eran de mujeres. Tal vez vivió allí una reducida élite de sacerdotes rodeados por un grupo de mujeres dedicadas al culto, las llamadas Vírgenes del Sol.



Construcciones militares y conmemorativas

Inca Huasi

Está en el valle de lunahuanà, cerca a San Vicente de Cañete. En aquella zona existía un curacazgo conocido como Guarco, que fue conquistado por los incas luego de cuatro años de tenaz resistencia. Según la tradición, Tùpac Yupanqui decidió llamar a este extenso centro administrativo Cusco, igual que la capital del imperio, y quiso que sus calles y plazas llevaran los mismo nombres que las que había en él. En Inca Huasi se reproducía la distribución cuatripartita del espacio.

Sacsayhuamán

Sobre una colina que domina el Cusco desde el lado norte se ubica la famosa fortaleza de Sacsayhuamán. Se compone de tres plataformas hechas con enormes muros de contención en forma de zigzag, sobre las que se ubicaron tres torreones. Los muros se hicieron uniendo bloques de piedra de dimensiones sorprendentes, algunos llegan a medir 9 m por 5 m por 4 m.

La historiadora María Rostworowski especula respecto de si Sacsayhuamán fue una fortaleza militar usada para la defensa del Cusco, pues los relatos de invasión chanca dicen que éstos entraron fácilmente a la ciudad sin enfrentar una resistencia militar importante. Además, mientras el imperio del Tahuantinsuyo se expandía, no existía el peligro de ataque al Cusco. Rostworowski cree que fue un monumento a la victoria sobre los chancas, y que en las festividades se representaba allí batallas rituales.


ARQUITECTURA INCA


La arquitectura desarrollada en el incario se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetria y por buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades costeñas como la chimù, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El principal material utilizado fue la piedra. En las construcciones más simples era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incas desarrollaron técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas veces esos bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las mejores muestras de esta habilidad se encuentran en la zona del Cusco. Se sabe que los mejores talladores de piedra eran collas, provenientes del altiplano y que muchos de ellos fueron llevados al Cusco para servir al estado.

Tecnología Inca


Los Incas conformaron una civilización que logró enfrentar sin temor los grandes desafíos que la naturaleza les presentaba en tan vasto escenario donde se desarrollaron. Una muestra de ello fueron sus famosos andenes, que semejaban una especie de peldaños de escalinatas separadas por paredes de piedra, para el mejor aprovechamiento del agua de lluvia. Fue un sistema de terrazas en las faldas de elevaciones de tierra, con las que crearon nuevas extensiones de cultivo. Igualmente servían para evitar los deslizamientos de tierra, previniendo los peligrosos y destructivos huaycos.

Su sistema de irrigación, inclusive llegó a ser elogiado por Charles Ortloff, uno de los ingenieros hidráulicos más conocido en los Estados Unidos, quien tuvo a su cargo el manejo de las aguas en California: "...lo que demuestra que en el Perú antiguo, se escribió un capítulo de la ciencia, relativo al transporte a grandes distancias, mediante un sofisticado sistema de control de las aguas".

Mediante estos sistemas, los Incas desviaron los ríos y crearon lagunas con el fin de racionalizar su uso. Con ello, saciaban la sed de su pueblo e impulsaban su agronomía.

Dichas lagunas en las cumbres de los Andes, eran recipientes de las aguas de lluvia, con los cuales se almacenaban los excedentes acuíferos y servían también, para disminuir la fuerza de posibles aluviones y evitar desgracias mayores.

Conocidos son los Canales de Cumbermayo, ubicado a 3,500 m. de altitud. Un acueducto de casi 9 kms. de longitud, hecho de piedras de diferentes formas y tamaños.

En la zona de Lambayeque, se desarrolló un avanzado sistema de canales. Los principales fueron el Canal Raca Rumi que unía los ríos Chancay con La Leche. El Canal de Collique, que irrigaba el valle de Zaña y el Taymi Antiguo, que irrigaba la zona norte y sur del valle de La Leche. Este sistema articulaba los valles de Chancay, Reque, Lambayeque y La Leche.

Los Acueductos de Cantayoc, conocidos también como "Los Ojos de Nazca". Galerías subterráneas y "ojos" o respiraderos que servían para ver el nivel del agua, construídos con lajas de piedra. Estas canales, aun hoy en día siguen en funcionamiento, permitiendo irrigar grandes zonas aledañas.

La Achirana de Ica. Canal que fue mandado a construir por el Inca Pachacutec, quien, de acuerdo a una leyenda, lo hizo como prueba de su amor a una bella doncella. Este Canal, provee suficiente agua para irrigar más de 11,000 hectáreas de tierra. Existen muchos otros canales que igualmente siguen en uso. Otros, sin embargo fueron abandonados y dejados al olvido.

Y aquí no termina el recuento del ingenio de los antiguos pobladores Incas. Otro de sus grandes logros, fue la construcción de puentes colgantes a grande alturas, para cruzar torrentosos ríos. Era para ellos muy familiar el uso de fibras naturales, no sólo para la fabricación de textiles, algunos tipos de armas; también sus famosos "Kipus" e igualmente para fabricar inmensas sogas que servirían de sostén a sus puentes colgantes.

A la llegada de los españoles, estos encontraron cerca de 200 puentes. Uno de ellos, el ubicado sobre el Río Apurímac, sirvió de inspiración al escritor norteamericano Thornton Wilder, para su novela The Bridge of San Luis Rey.

Según el Dr. Ochsendorf, especialista en arquitectura e ingeniería antigua, los propios europeos no lograron igualar esta hazaña Inca. Sus intentos por construir puentes utilizando su propia tecnología en aquellos tiempos, terminaban en fiasco. Alguno de los que construyeron apenas si llegaron a tener cerca de 95 pies de longitud, a diferencia de los puentes incas que sobrepasaron los 160 pies y ninguno de los puentes europeos fue construído para pasar sobre profundos cañones o quebradas como los antiguos pobladores peruanos lo hicieron.

El mismo Dr. Ochsendorf, según sus estudios ha podido analizar que "La Cultura Inca, fue la única antigua civilización americana que llegó a fabricar puentes colgantes. Algunos puentes similares fueron también construídos en el siglo 3 a.d.C. en otras zonas montañosas del mundo, especialmente en Los Himalayas y la China, pero fueron fabricados con cadenas de hierro."

Garcilasco de la Vega, in 1604, describió en sus "Comentarios Reales", la técnica utilizada para su fabricación. La fibras eran unidas para formar un cordón del tamaño que tendría el puente. Luego tres de esos cordones se unían para formar uno más ancho y se seguía el mismo procedimiento de unir de 3 en 3 las sogas fabricadas, hasta obtener cables con el grosor necesario según previo diseño. Varios de los cordones de soga, servían de piso a los que se amarraba listones de madera. Otros 2 cordones, servían de pasamanos.